Es este mi camino, incierto en la serenidad que ha dado el dolor; lucha entre luchas victoriosas de superación. Sin embargo, es la solitud mi mejor compañera;
la que no juzga, la que escucha en el eco de mi voz, la que me contempla con paciencia en el brillo de mis ojos; a veces bañados en llanto, a veces gloriosos de encanto.
En este sendero de emociones, sentimientos y dilaciones, se esconde la libertad del ser; la calma hecha madurez, el susurro de una brisa sin recuerdos, el instante creando nuevos, lo simple como lo más importante desde lejos.
Es la sombra que me atreví a abrazar; húmeda, lobreguez hiriente sumergida en temeridad; tan asustada como yo, tan íntima e intensa, inmensa y densa... Creativa en su forma, desdibujada en matices simbólicos y místicos. Sí, es lo etéreo la compañía de quien se atreve a ser, sin más ruido que los latidos de su corazón.
"Elva R."

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